La temporada de conciertos para la mayoría de los heavies de la capital comenzaba este sábado 15 de enero con la particularidad de ser, por lo menos para mí, del primer concierto sin humo y sinceramente no podría estar más agradecido por este hecho. La atmósfera menos densa, los ojos menos rojos y la ropa oliendo a su propio y original olor es francamente un placer para todos aquellos que vamos a disfrutar de un espectáculo en directo y no a contaminarnos ni a fumar obligados.