La música tiene que tener el poder de enamorar, es decir, tener la capacidad de lanzar un hechizo sobre quien la escucha y hacer que se quede prendada del encanto de la obra...y no es que me refiera solamente al metal sinfónico, sino al metal en general, inclusive en su aspecto mas rudo o mas true, porque la música debe de ser eso, un amante que no pierde el encanto...Niobeth es una Mata Hari.