The Boy Will Drown – Fetish

Por Carlos Garcia Pineda

Earache Records / Background Noise

He aquí un grupo de la nueva ola de death/core que se está dando últimamente. Pero yo os diré que estos THE BOY WILL DROWN se alejan del rollete que llevan el resto de grupos de este estilo. Para poder expresar sus riffs épicos, una velocidad endemoniada en la guitarra y en las 4 cuerdas, mientras que la batería le sigue con sus cambios de ritmo, solo tendrías que escuchar este “Fetish” y sabrías de lo que hablo.

Si bien sus influencias por parte de DECAPITATED, NECROPHAGIST se pueden prever. Estos ingleses lo ocultan bastante bien. Ya que la locura inmensurable de sus riffs, sus ritmos e incluso algunos sonidos con limpio son más originales que lo que tocan otros grupos del mismo estilo.

Analizando el disco, los intérpretes utilizan de toda su habilidad para realizar “Festish”. Empezando por “sweep picking”, pasando por la gran destreza al doble bombo de Ed (baterista) y terminando por la capacidad vocal del cantante. Si bien con su primer tema “Deep Throat” hacen gala de todo lo dicho anteriormente, si aun asi no te has quedado con el rollo que hacen, solo tienes que escuchar la siguiente “Irminsul”, empezando a una velocidad endiablada para luego bajar un poco el tempo.

La velocidad media de TBWD estaría entre los más rápidos del Grindcore. Pero si quieres escuchar pasajes más lentos de lo que estos tios ofrecen, sin duda son en las canciones “Josep Fritzl” (canción dedicada al “monstruo de Amstetten”) y “Dead Girls” (sin duda la canción más comercial de todo el largo). Por otro lado, si lo que quieres son canciones basadas en el odio, cambios de ritmo y riffs desenfrenados sin ninguna duda esas son “Dance Like An Epilecptic” , “Elisabeth Fritzl”.

Y la última “Suis la Luna” es el tema que recomendaría para escuchar. Quizás el más asequible a los oídos pero siguiendo en la onda de TBWD. Con un pasaje que mezcla la parte limpia con un segundo de demencia extrema. Sin duda un disco lleno de locura, con un amalgama de sonidos que va desde lo más limpio hasta lo más extremo, una complejidad y originalidad a la hora de interpretar y componer que deja atrás a muchos grupos que van de experimentales.