Times of Grace – Hymn Of A Broken Man

01. Strength in Numbers
02. Fight For Life
03. Willing
04. Where The Spirit Leads Me
05. Until The End Of Days
06. Live In Love
07. In the Arms of Mercy
08. Hymn of a Broken Man
09. The Forgotten One
10. Hope Remains
11. The End of Eternity
12. Worlds Apart
13. Fall From Grace

Miembros
Jesse Leach – Voz
Adam Dutkiewicz – Voz, bajo, guitarras, bateria.

Sello
Roadrunner Records
Background Noise

Website
www.timesofgraceband.com

Mantenerse vivo es una cosa, pero mantenerse relevante…bueno, eso es totalmente diferente. Luego de producir las piedras filosofales del metalcore (“Alive or Just Breathing” y “The End of Heartache”), Killswitch Engage se vio tambaleando en busca de inspiración. Mientras que el combo contrataba a un veterano productor de rock y coqueteaba con las baladas, Jesse Leach por su parte conseguia el éxito del público con su proyecto experimental The Empire Shall Fall. Asi que, visto lo visto y en el parón compositivo de Killswith Engage, Jesse Leach y Adam Dutkiewicz se volvieron a juntar para trabajar en algunas canciones que Dutkiewicz habia escrito mientras se recuperaba de una operación en la espalda unos años antes. Si hacemos caso de las notas de prensa y las entrevistas previas al lanzamiento del disco podemos decir que este álbum es un “Alive or Just Breathing 2”, pero lo cierto es que el disco que nos toca presentar es genial en proporciones desmedidas.

Times of Grace parece ser una progresión emocional del metalcore, alejado por momentos de su bella brutalidad. Este disco se adentra en un campo mas introspectivo y abstracto, algo que hacia falta en los últimos discos de Killswitch Engage: alma y un propósito. Quizás Times of Grace no tenga los elementos grindcore de Converge, ni el soleo constante de All That Remains, ni mucho menos el factor thrasher de Shadows Fall, pero si posee la habilidad de cavar mucho mas hondo en el lado mas artistico (abstractamente hablando) del metalcore.

Tecnicamente, este disco no abre un nuevo camino en el mundillo ya que posee todos los elementos standart del metalcore, pero aun asi hay que reconocer que Dutkiewicz realiza un gran trabajo (llevando casi toda la composición del disco él solo) siempre tratando de expander sus conocimientos un poco mas. Casi todas las canciones poseen al menos dos guitarras armonizando entre ellas, una líder y otra rítmica.

Luego aparecen los solos, quienes empatizan con armonias de medio tempo y constante shredding, algo que se extraña en el último trabajo de KsE. En cuanto a sus partes de bateria, pues no es que se trate de algo espectacular, pero si algo bueno que deja ver su dependencia del doble bajo (que llega a poner un límite a la velocidad) respaldado por un gran uso de los blast-beats. Y si nos ponemos a hablar del bajo en los discos que Dutkiewicz ha producido en el pasado pues tendriamos que decir que siempre se han dejado a un tercer plano…sorpresa para todos que en este lanzamiento sea una parte integral del disco, que inclusive difiere de la guitarra y la bateria. Con unos instrumentos de cuerda mas, como violines, tienes el esqueleto de esta gema que resucita viejos esqueletos, esos de cuando el metalcore era algo emocionante.

Su acercamiento a las voces, sin embargo, es algo mas incierto. Por momentos uno no puede distinguir quien de los dos es el que hace las voces guturales y quien las voces limpias, pero después de que a Adam le silenciasen los guturales en KsE aqui se descarga a gusto con unos gruñidos que hacen la compañia perfecta de la voz limpia de Leach. Ninguno de los dos tiene el monopolio de las voces, lo cual le da mas puntos al trabajo, y el gran trabajo de producción hace que la voz de Leach suene tan pulcra como en Alive or Just Breathing. En cuanto a las letras no hay mucha diversidad de lo presentado en el pasado: soledad y depresión, encontrar consuelo en uno mismo y abrazar el futuro… y como el título del disco lo indica, prestan de la espiritualidad su ímpetu para convertir cada canción en un himno.

A pesar de no ser poesia, estas letras calan hondo en la canción, sin sonar a falso o pasteloso, cosa que Howard Jones ya podria aprender encima de un escenario.

Y después de todo, “Hymn of a Broken Man” nos muestra a unos Jesse Leach y Adam Dutkiewicz que han vuelto a redescubrir la química que los juntó en primer lugar, llevando su experimento a un nivel mas. Y es lo bueno, al final, que queda…que este disco toca partes del género que ninguno otro ha tocado, no al menos de esta manera. Estos músicos no solo son relevantes, sino vitales.