Tony Harnell & The Mercury Train – Round Trip

Por Enrique Martinez

1. Somebody Told You
2. Intuition
3. Month Of Sundays
4. Lonely Nights
5. Shame
6. Northern Lights
7. Down To The River To Pray
8. Satellite
9. 10K Lovers
10. Uninvited
11. Ready To Fly
12. When I’m Away (bonus track)
13. Song For Dianne
14. Anywhere But Here

SELLO
Frontiers Records
Background Noise

WEB
www.tonyharnell.com

FORMACIÓN
Tony Harnell – Voz
Jason Hagen-Guitarra
Chris Foley-Guitarra
Brandon Wilde-bajo, coros
Brad Gunyon- Bateria
Amy Harnell – Voz

Tony Harnell es, sin duda, un hombre inquieto al que no le gusta gandulear. Durante casi 25 años fue el cantante de la banda noruega de rock melódico TNT, pero su abandono en el 2006 no fue motivado por un deseo de mantenerse alejado de la música, ni mucho menos. Tony Harnell, demostrando que había vida tras TNT, continuó con su proyecto paralelo Starbreaker, y el último año ha estado trabajando en dos proyectos diferentes: por un lado, su esperado álbum solitario, que se está retrasando más de la cuenta, y por otro, el disco al que pertenece esta reseña y al que el propio cantante se refiere como un proyecto paralelo. Se trata de “Round Trip” y viene firmado por Tony Harnell & The Mercury Train.

Aunque este “Round Trip” ha sido lo contrario a un “trabajo”: ha sido un intermedio relajante (y catártico en sus propias palabras). Rodeado por músicos afincados en New York y de su propia esposa, Harnell ha decidido pasar un buen rato, sacar un disco recopilatorio y grabar el manido “unplugged”, todo en uno. Y es que este “viaje de ida y vuelta” es una recopilación de temas de sus anteriores proyectos (principalmente TNT) revisados para la ocasión en formato acústico. Aunque lo cierto es que es mucho más que eso. Tony Harnell no se ha limitado a quitar guitarras eléctricas y sustituirlas por acústicas, sino que ha sido capaz de reconstruir las canciones y variar el espíritu original, a pesar de que los temas son fácilmente reconocibles. Y eso no es nada fácil. Porque una cosa es hacer un tema thrash de una balada de Scorpions, y otra muy distinta, mantener el tema lo más fiel al original pero con un sentimiento completamente distinto al mismo.

Y eso le ha salido estupendamente a Harnell. Por ejemplo, en “10K Lovers” le dan una vuelta de tuerca a la canción y en vez de buscar modernizar la “ochentera” versión original, hacen una revisión hacia sonidos más 70’s, a ese funky-dance a lo Lionel Ritchie o Barry White, en el que la voz de Harnell suena más “negra” que nunca (no en vano, el registro de Harnell recuerda a Glenn Hughes). El sonido funky también aparece en el tema con el que se inicia el disco, “Somebody Told You”, y que a mi me parece uno de los mejores. En cambio, en “Satellite” es el ukelele el encargado de variar la atmósfera original del tema, para llevarlo a terrenos más “campestres”

Otra cosa del trabajo realizado que es remarcable y que también tiene mucho mérito, es que el disco se escucha como una unidad. A pesar de que hay una diferencia de casi 20 años entre unos temas y otros, el formato acústico y el buen hacer de los músicos han revestido este “Round Trip” de una patina de homogeneidad, dando la impresión de que los temas han sido compuestos del tirón. Y a la vez han borrado toda huella de “dulce almibarado” tan frecuente en el rock melódico: “Lonely Nights” no suena tan ñona como la original, al igual que “Nothern Lights”, mucho menos melosa y en la que Tony Harnell demuestra que su voz está en plenas facultades y que suena incluso mejor que hace 20 años; ese es otro de los grandes momentos del disco.

Tal vez en el extremo opuesto se situen “Intuition” y sobre todo “Song for Dianne”, demasiado parecidas a los temas tal y como fueron inspirados originalmente y por ello, menos interesantes desde el punto de buscar las diferencias.

De los 14 temas que componen el disco, hay 3 que no habían sido grabados hasta el momento: “Down to the River to Pray” que no deja de ser una breve tonada de 38 segundos cantada a capella por su mujer, Amy; “Anywhere But Here” tema que podría haber sido compuesto por Lennon/McCartney y “When I’m Away” que merece una mención especial por poseer el ritmo más optimista y jovial del disco (ideal para despertarte con una sonrisa un lunes a las 7 de la mañana) y en cambio encerrar una letra más bien deprimente. Hábil juego/broma de Harnell.

En definitiva: un excelente disco para que los profanos puedan conocer la obra y el buen hacer de Tony Harnell, y un excelente disco también, para que los fans del cantante puedan ver su obra con distintos ojos. Su garganta está en plenas facultades y se ha sabido rodear de unos sobrios músicos (exceptuando la presencia de su mujer, cuya inclusión tal vez sea un poco forzada), y las canciones suenan mejor que las versiones originales. ¿Qué más se puede pedir?