1. “Kirisute Gomen” – 6:43
2. “Torn Between Scylla and Charybdis” – 7:39
3. “Down from the Sky” – 5:27
4. “Into The Mouth Of Hell We March” – 5:53
5. “Throes of Perdition” – 5:05
6. Insurrection” – 1:07
7. “The Calamity” – 4:30
8. “He Who Spawned the Furies” – 6:49
9. “Of Prometheus and the Crucifix” – 4:09
10. “Like Callisto to a Star in Heaven” – 6:04
11. “Shogun” – 13:17
Bonus tracks
12. “Poison, Knife, and the Noose” – 5:00
13. “Upon the Shores” – 3:59
14. “Iron Maiden” (Iron Maiden Cover) – 3:43
Roadrunner Records
Miles de heavies odian a Trivium, lo se porque muchos de mis amigos incluso se burlan de los de Florida…lo gracioso es que gran porcentaje ni siquiera ha escuchado un disco de Trivium xD. Durante los últimos años han sido crucificados por sonar demasiado a Metallica, o por las melodías de sus coros, o por ser guapos, o por no ser trues o lo que fuese…me los imagino a todos ellos haciendo un programa del corazón sobre el heavy metal…molaría!
Ya en serio: hay elementos de verdad en esas criticas: los registros vocales de Matt Heafy se asemejan bastante a los de James Hetfield en varios momentos, pero vaya sorpresa, como ya lo había anticipado el grupo, éste “Shogun” suena a una combinación de lo mejor que han hecho Trivium a lo largo de toda su carrera…si, suena a Trivium y a nadie mas.
Cuando el disco empieza con “Kirisute Gomen” uno de inmediato se da cuenta del principal cambio del sonido del grupo: las baterías de Travis Smith….aunque no llegue a ser despampanante o alucinantemente técnico llega a superar con creces su trabajo en “The Crusade”, y encaja con la música perfectamente (sin sonar demasiado producido). Todo el despliegue de riffs en la canción no hacen mas que dibujarme una enorme sonrisa de oreja a oreja, y el solo endurece aun mas la misma, convirtiéndola en una autentica gema. El baile de puentes y los arpeggios se unen en el sonido de la banda, y barren con todo lo que estos chicos hayan hecho en el pasado…lo bueno amigos míos es que todos los solos en el disco son así de sólidos, cumpliendo la función de yang al ying que representan esas secciones melodiosas tan radiables.
El tan comentado empeño de Heafy en las voces tambien es una enhorabuena! (vuelve a gritar, jojojo)…si has escuchado Trivium alguna vez en tu vida ya sabes a que atenerte: coros a voces limpias, bastante impecable trabajo, mezclado con gritos del infierno de Ascendancy…y esas quejas sobre la construcción de las canciones en “The Crusade” pueden quedarse en el cajón: lo han hecho de la manera mas simple posible, esto es, no tratando de demostrar todo su potencial en un solo disco…y es que hacen que canciones de 7 minutos no suenen para nada largas (es mas, la peor canción del disco es la instrumental “Insurrection”, y solo dura 1 minuto y algo). “Torn Between Scylla and Charybdis” nos muestra una armonización guitarrera realmente currada, además de uno de los mejores trabajos de Travis tras las baquetas.
Ahora hablemos de “Shogun”, la canción que da título al disco…todos los discos tuvieron su “canción”: Ember to Inferno fue una gran demostración de Thrashcore, que con el tiempo se quedó repetitiva, pero aun fue grandiosa; Ascendancy estaba a la altura de todo el disco, simplemente majestuosa, y The Crusade (a diferencia de muchos) fue mi preferida del anterior disco, quizás porque haya sido la que mejor sonaba del redondo (producción señores), pero “Shogun” es diferente por ser un poco de todas…son 12 minutos que parecen un resumen de todo lo que se puede encontrar en la carrera de Trivium, en versión tempo disminuida, con solo a lo Queen incluida…¿a que suena bien?
Digo yo que un grupo al cual Iron Maiden se llevan de gira, que vende discos como pan caliente, con unos guitarristas aclamados incluso por Kerry King de Slayer y que generan tanta controversia en el mundo del metal no deben de ser tan malos… Sin ser un disco diez es lo mejor que han hecho hasta la fecha, y es que eso demuestra que habrán muchos discos enormes todavía por salir…un consejo: olvidense eso de “los próximos Metallica”, porque Trivium ya tiene identidad propia.