Unearth – Darkness Into Light

Por Morpheus Misfit

1. “Watch It Burn”
2. “Ruination of the Lost”
3. “Shadows In the Light”
4. “Eyes of Black”
5. “Last Wish”
6. “Arise the War Cry”
7. “Equinox”
8. “Coming of the Dark”
9. “The Fallen”
10. “Overcome”
11. “Disillusion”

Miembros

Buz McGrath – Guitarra
Trevor Phipps – Voz
Ken Susi – Guitarra, coros
John “Slo” Maggard – Bajo, teclados, coros

Sello
Roadrunner Records

Website
www.unearth.com

Muchos no han dudado en tachar el “The March” de Unearth de poco innovador y original, y aunque a un servidor le ha encantado, tiene uno que aceptar que algo de verdad hay en ello. Incluso su vocalista Trevor Phipps lo ha dicho en alguna entrevista: “No creo que haya estado lo suficientemente cabreado en ese disco”. Todo se empeora al ver el enorme legado de los tres discos anteriores, pero si “The March” dejo algo de mal sabor de boca en ciertos fans, preparense para degustar una buena ración de música de primera calidad. Suena atrevido, pero hay que jugarselas en la vida, y yo puedo poner la mano en el fuego de que se trata de lo mejor de la banda desde ese legendario “The Oncoming Storm” que ayudo a definir el género.

Adam Dutkiewicz, guitarrista de Killswitch Engage, ha vuelto como productor. Se trata del tercer disco de la banda que produce, y a esta altura podemos decir sin dudarlo de que Adam se ha vuelto una parte integral del sonido de Unearth, conociendo todos sus secretos y sus grandezas al dedillo. Otro KsE (el bateria Justin Foley) también se apunta al barco al reemplazar a Derek Kerswill en el disco (no en el grupo), y lo cierto es que esta oportunidad le ha dado espacio suficiente par ampliar su toque, al practicar una música mucho menos directa que en su banda original ¿el resultado? sobresaliente y mas que eficiente. Para redondear el panorama, el guitarrista Ken Susi ha grabado las primeras voces limpias de su carrera desde aquel disco debut.

Otro dato bueno es que Trevor ha declarado mas que una vez que todo hoy en día lo cabrea, y eso se nota en “Darkness into Light”. Lejos queda esa dirección groove lenta de “The March”, y vuelven los breakdowns. Los riffs estan hechos para aplastar cráneos, y los temas emocionales vuelven a primera fila (a excepción de “Watch it Burn” y “Arise the War Cry”, que son ligeramente políticos), con canciones que son como ataques viscerales puestos en la boca de un tio que no se corta para nada en gritar a todo lo que odia con su mas oscuro corazón.

Las guitarras aúllan durante todo el minutaje, con un Buz McGrath pletórico en los solos, un total shredder. Se nota que a alguien le gustan mucho At The Gates, y es que con canciones como “The Fallen” o “Eyes of Black” se hace mas que evidente. El tono de bajo de Maggard acerca el sonido de Unearth a unos primeros KsE, pero estos chavales le dan mas caña al metalcore que emociones pintadas en lienzo. Lo suyo es la brutalidad, bella brutalidad.

A diferencia del resto de la escena, que se define por modas (los músicos se vuelven mas y mas jóvenes), Unearth deciden regresar a la vieja escuela del metalcore, donde los estereotipos de intensidad, riffs machacantes, breakdowns y secciones melódicas entre guturales pueden parecer caducadas en 2011. Phipps, en el apartado vocal, sigue en su misma línea con esa voz ronca y espinosa, siendo Susi y sus voces limpias quienes ofrecen la duda de interés de una pequeña innovación, al menos tratándose del disco de Unearth que presenta mas canciones con voces limpias. La producción es impecablemente limpia, algo que quizás es de aplaudir o de criticar, ya que en momentos hace brillar menos la brutalidad de la banda…¿he dicho ya que son brutales? Pues lo son.

Al mismo tiempo que Unearth regresan a las raíces de un género que parece no decir mucho mas, también se acercan a un territorio, que aunque tímidamente, que se atreve con el pop…y es que si queremos ser malos, podemos imaginar a Adam convirtiendo a Unearth en unos KsE mejorados. Son muchos los momentos en este disco en que nos recuerdan a los KsE de Jesse Leach, y aprovechando el tirón se suman como cabezas de cartel de uno de los festivales mas arrasadores de su país ¿coincidencia?.

Se trata de un disco que se deja querer, pero no se si amar. Si los momentos brutales no hubiesen sido tan suavizados quizás alcance el calificativo de épico, pero no es el caso. Quizás por eso se llama “oscuridad en la luz” y no “luz en la oscuridad”.