Por X.F. Remorse
1. Vicious Companions
2. Skull Crusher
3. Full Moon Possession
4. Jekyll & Hyde
5. Absinthe
6. Tales From The Crypt
7. Nocturnal Rites
8. Road To Hell
9. False Preacher
10. Hope To Die
11. K-141 Kursk
Miembros
Niklas Olson-voz
Johannes Losbäck-guitarra
Anders Modd-bajo
Richard Holmgren-batería
Sello
Century Media
Website
www.wolf.nu
En un panorama metálico saturado de bandas que cada vez parecen buscar más lo imposible, ya sea nivel musical (prog metal) como a nivel estilístico (death metal con toques orquestales, viking metal con voz femenina, math metal o cualquier combinación posible de géneros y subgéneros) se valora el hecho de que haya bandas que apuesten por el heavy metal de toda la vida. De hecho, no son pocas y cada vez van a más, no descartándose el hecho de que finalmente podamos hablar de “revival” con todas las de la ley del mismo modo que hemos hecho con el thrash. Y es que el metal ya tiene sus casi (o más de, según donde se marque el principio) 40 años, tiempo suficiente para que los géneros nazcan, crezcan, se desarrollen, muera…y vuelvan a aparecer. Y así, celebramos que cada vez haya más bandas que apuesten por el heavy metal tradicional, el “ochentero”, el de toda la vida…aunque también es cierto que, como pasa en el thrash, la mayoría no aporten nada nuevo (y esto para mí es negativo) y que se queden en la mera estética y estilo, sin aquella genialidad e inspiración que encontrábamos en los Judas Priest, Iron Maiden, Mercyful fate o Saxon ochenteros. Así pues…¿es un mérito por sí mismo el hecho de hacer “sólo” heavy metal ante tanto panorama de géneros y subgéneros a cada cual más complicado? Servidor cree que no.
Siento si mis palabras ofenden, pero no sólo por el hecho de ser heavy metal es bueno, y aquí es donde ubico este “Legions of bastards”, llevando la contraria a la mayoría de colegas redactores que han puntuado este disco con un 8 hacia arriba. Se me hace pesado, sin inspiración, sin riffs originales que atrapen y sin melodías vocales memorables….a excepción de algunos momentos concretos, claro.
Una de estas excepciones es el primer tema, Vicious companions, donde la melodía vocal realmente se te queda y te engancha, con una voz algo rota que recuerda muchísimo a algunos cantantes que ha tenido Metal Church, desde David Wayne a Mike Howe. Una voz que no es limpia, una voz sucia, agresiva y muy adecuada para este género, y que hace que sea una diferencia fundamental con otra banda que también hace un metal clásico actualmente: sus compatriotas Hammerfall.
Así, Wolf bebe mucho de Judas Priest, pero sobre todo recuerda especialmente a los de Kurdt Vanderhof: un metal clásico algo más agresivo, que gana sobre todo por una producción actual y muy limpia. Tras el tema inicial que, como hemos dicho, es muy destacable, el álbum pega un bajón, con una serie de temas como Fullmoon possession, Absinthe o Jeckyll & Hyde. Todo esto no lo encontramos hasta Tales from the crypt, donde aquí sí encontramos un estribillo muy interesante, con un riff de Losbäck que contrasta con la voz creando uno de los mejores momentos del disco. Los siguientes temas continúan en la línea de lo antes mencionado; riffs demasiado repetitivos y melodías que no se te quedan en la cabeza aunque lo intentes. El disco lo cierra K-141 Kursk, un tema instrumental sobre el submarino ruso que se hundió en agosto del año 2000.
Para acabar este análisis del sexto disco de los suecos Wolf, podríamos concluir que el mantenimiento de la simpleza y la pureza de un estilo no pueden esgrimirse sólo para dar valor a un disco; melodías recordables y riffs que aporten algo. La honestidad está muy bien para la vida y la ética, pero no es un valor en sí mismo en el campo musical. No podemos escudarnos en que es “heavy de toda la vida” para esconder falta de inspiración.