[classicos] Iron Maiden – Brave New World

Por Dami Killerpain

Bruce Dickinson – Voz
Janick Gers – Guitarra
Steve Harris – Bajo
Nicko McBrain – Batería
Dave Murray – Guitarra
Adrian Smith – Guitarra

1. The Wicker Man – 4:35
2. Ghost Of The Navigator – 6:50
3. Brave New World – 6:18
4. Blood Brothers – 7:14
5. The Mercenary – 4:42
6. Dream Of Mirrors – 9:21
7. The Fallen Angel – 4:00
8. The Nomad – 9:05
9. Out Of The Silent Planet – 6:25
10. The Thin Line Between Love & Hate – 8:27

Corría el año 2000, los años 90 se quedaban atrás y con ellos la etapa de Blaze con sus luces y sombras. Más de esto ultimo en el final de la misma donde la doncella vio una bajada enorme del brillo de sus metales y empezaba a perder nombre.

Ese año fue marcado por un cambio de chip, un cambio de mentalidad, y un “Hype” descomunal provocado por la vuelta de dos pesos pesados que con su marcha marcaron un poco el declive circunstancial de la que para mi es la mejor banda de Heavy Metal de todos los tiempos. SI SEÑOR!!! se cumplía el sueño, un sueño que cualquier persona a la que le gustase este rollo pudiera tener en esos año: Bruce Dickinson y Adrían Smith volvían a ser parte de la doncella de hierro, desatando una histeria colectiva descomunal, con unas fuerzas y actitud renovadas cargadas de positividad y energía que hacían de nodo transmisor a sus hordas de fans.
Un 29 de Mayo del año 2000 la doncella se ponía de parto y la comadrona sacaba de las entrañas de la bestia el “Brave New world”, retoño que volvería a ponerlos en el Olímpo de los dioses, en el panteón más alto, un disco que se gesto con tal ímpetu que logró convertirse en un clásico inmediato catapultándoles otra de esas mastodónticas giras que hacían antaño (para que me creáis visualizad el DVD Rock in Rio de cuando ese festival aun era rock). Para más emoción no solo recibíamos la noticia de la vuelta de estas dos figuras, ya que el señor Steve Harris en su benevolencia infinita hizo que Janick Gers mantuviera su puesto… ¿Os imagináis en aquellos años a cualquier fan de la dama? Cuanto flipaban con las guitarras dobladas ¿Os imagináis las erecciones que podrían tener a esperas de ver esos desdobles no con 2 sino con 3 hachas?

The Wicker Man– Cómo no podía ser de otra forma y sin ningún tipo de tacto desde la trastienda el sombrío Adrían Smith entra a cuchillo con un corto y afilado riff que da paso al estallido de toda la banda en eclosión y estampida, como en los viejos tiempos (¿no os suena Aces High por poner un ejemplo y salvando las distancias?) pero eso sí, con un sonido mas acorde a los tiempos que corren más sin perder impacto fuerza y garra. Canción de apertura que no es ni de lejos la mejor del disco pero que funciona para ponerte desde el primer minuto a agitar la melena como un loco, mención aparte del sentimiento que le pone Bruce en un estribillo facilón y pegadizo, mas los “Oooohss” típicos añadidos ídeales para maltratar la garganta de sus pobres seguidores.

Ghost In the Navigator– Dulce melodía de inicio por parte de un Smith inspirador que enlaza con un in crescendo de guitarras y bajos de las que tira Nico y sus tambores precipitándose hacia una ráfaga de riffs y acordes que rozan el Speed Metal. Bruce navega contándonos con una voz limpia, como si de aquella criatura mitológica se tratase, la historia de un marinero en un peligroso mar lleno de espectros y paranoias (todo muy cargado de metáforas). Atención a las líricas centrales, esas en las que daba pie al estribillo. Con que fuerza volvió Dickinson, una capacidad vocal superior a la que lo catapultó a la fama en aquellos nostálgicos 80s con unos de registros largos y estirados casi operisticos con cambio de tono, ¡¡¡que pulmones tiene este hombre….!!!

Brave New World-Tema que empieza con unas acústicas que sirven de puente a un tema que Bruce empieza a relatarnos con una voz susurrante sirviendo de enganche a una zona creciente que no cesa en su escalada hasta estallar en las nubes con un estribillo de nuevo simplón pero en el que si podemos apreciar de forma clara las 3 guitarras doblándose entre ellas. Ésta es una canción que no deja de subir hasta el cielo Londinense presidido por un Eddie en forma de nube que nos observa amenazante, buena pieza, bastante similar a mi parecer a la anterior comentada The Wicker Man (eso de repetir el título de una canción una y otra vez en el estribillo es una fórmula de la que creo abusarían en discos venideros). Aún así la parte de los solos de guitarra repartidos entre las 3 espadas es magistral, especialmente la parte desdoblamiento triple… para luego volver de nuevo a la repetición ¡¡¡Braaaave new woooorld Braaave new Worrldd!!!

Blood of Brothers– Llegados a este momento me quito el sombrero y la ropa si hace falta, me pongo de pie y con una mano en el corazón hago una reverencia. Sin duda esta es una de las canciones más hermosas de toda la discografía de mi amada doncella, una semi/balada en medio tiempo que aboga por la unión por el respeto y la multiculturalidad, que importa de dónde vengamos, al final el legado de esta banda es para todos. Preciosa la parte intermedia en la que los sutiles dedos de Janick Gers se pasean por el mástil flanqueado por las guitarras de Murray y Adrian, acompasado con unos arreglos de teclados pre entrada de solo de estos de los de hacer Air guitar de rodillas mientras no te ve nadie, para luego dejarnos prácticamente con lágrimas en los ojos al son de los suaves susurros de Dickinson mientras con armoniosas guitarras tararean como si de una nana se tratase los últimos ecos de una pieza magistral.

The Mercenary– Tras la emoción calmada y sosegada de la anterior apelamos a la épica, esto es Heavy Metal señores, nos ponemos tiernos cuando queremos pero al final la cabra tira pal monte, y menudo contraste con el tema anterior. Este te lo espetan sin vaselina, contundencia al bombo y a los bajos, épicos pasajes y riff pro estribillo con regustillo a los ochenta, entre guitarras que se van doblando unas veces Dave y Adrian, otras Dave y Janick, otras Adrian y Janick. Maravillos, y como no como vamos a dejar atrás a un Bruce que esta vez nos canta las cuarenta con una voz mas áspera, ligeramente más rajada que en los temas anteriores, la sirena que volvía en plena forma. Emocionantes y mareantes los solos de guitarra por turnos que preceden de nuevo tres guitarras conjuntas (¿Maiden hace eso alguna vez?) lideradas por el caballo de batalla de Harris, frenado por un cambio de batería donde Nicko hace que chirríe la goma para llevarnos de nuevo en volandas a uno de los mejores estribillos del disco.

Dreams of Mirror-Todos sabemos que a Mr Harris le ha tirado mucho el rock progresivo y en esta pieza se nota, comienzo grandioso a base de unos latigazos de guitarras que desembocan en una entrada galopante de bajo en el que Bruce vuelve a susurrarnos hasta llegado momento preciso y como si describiera un amanecer el tema empieza a crecer entre esos compases acústicos y bajos ambientales.

Aparece el astro que nos alumbra con unos estribillos heroicos, de nuevo la atmósfera, pero esta vez con una aura quizá algo maléfica que acaba floreciendo de nuevo en bello pasaje central. Quizá mas acelerado que el anterior, implosionando en otra de las míticas cabalgadas de Harris, hasta parece que McBrain meta doble pedal en algunos momentos aún mas veloces, “oohhss” incluidos, para de nuevo enlazar estribillo y finalizar entre ecos acústicos. Cómo tejen la música estos genios, que manera de elaborar un tema faraónico, lleno de clase y grandeza. ¡¡¡Up The Irons!!!

The Fallen Angel– Empieza con un regusto a la etapa Di’anno, con una entrada que recuerda a aquella “Phanton of The Opera”, estribillo con sabor a “The Duellists” adornado con coros. Segundo estribillo con punteo de guitarra, uhmmmmm huele a años 80 de nuevo, temita muy Heavy que sin ser demasiado importante hará las delicias de los fans mas retro.

The Nomad– Otro diamante de este álbum que empieza con unas arábicas guitarras y un juego rítmico de nuevo bastante progresivo ergo más un punto de grandeza de otros mundos bíblicos (muy en la onda de Powerslave para que me entendáis, quizá sea por la tonalidad árabe que acompaña toda la pieza). Magistral ella con su parón atmosférico incluido, donde de nuevo Janick se luce llevándonos por una odisea instrumental digna de banda sonora. Me encantaría escuchar algún día este tema interpretado por una orquesta, creo que es la tercera canción que me encoge el corazón en este redondo.

Out Of The Silent Planet-Con el regreso al trono de nuestra británica dama se vislumbraba por donde tiraría el equipo de Harris y compañía, aún así en este plástico fueron buenos con nosotros y nos obsequiaron con mas Hits de corte clásico quizá que en el resto de la discografía en adelante al menos en cantidad. Tras unos primeros acordes algo hipiescos el sextero británico me transporta a los mundos helados de Seventh Son of Seventh Son, concretamente a Can I play With Madness, dando forma a la canción más comercial y pegadiza del disco. Pieza algo más hard rockera y desenfadada donde parece que nuestros apreciados músicos se desinflan para premiarnos por la paciencia con una pieza de fácil digestión y estribillo copypaste. Cabalgadas y algún que otro cambio de ritmo a parte tema 100% Maideniano, totalmente regusto a clasicorro.

The Thin Line Betwen Love And Hate– En mi opinión esta canción deberían haberla puesto antes que la anterior. Me explico: es un tema bastante denso, y llegados a este punto puede resultar cansino más si procede de todo lo que llevamos al oído, y el desinfle del single anterior. No deja de ser una buena canción, bastante pesada si bien el estribillo suena bastante optimista. Bruce de nuevo se luce con tonalidades ásperas y otras más líricas. Una observación y algo que se me viene a la mente en lo que no había caído, y es que escuchando esta canción el maltratado The X Factor se me viene a la cabeza, creo que se ven muchos coletazos inspirativos de aquél disco.

En definitiva Iron Maiden con este disco y a las puertas del siglo XXI emergió de sus cenizas regalándonos un LP digno de su historia, sin duda una obra que brilla por si misma desde la imponente portada de Eddie observando en forma de nube un Londres futurista, hasta cualquier recodo magistral que se te haya pasado por alto. Recomiendo desenpolvarlo y en una tarde que tengáis libre os sentáis tranquilamente en un cómodo sillón mientras os dejáis llevar por cada acorde y cada matiz, no os decepcionara. De echo para mi ya que esto de los gustos, ya se sabe como es la mejor obra gestada por la doncella desde aquel lejano Seventh Son of A Seventh Son.

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