Por José A. Luna
El ‘In the Name of Suffering’ de 1990 es la banda sonora perfecta para esta oscuridad subyacente de la Louisiana natal de Eyehategod. Puedes imaginarlos divagando en una de estas casas abandonadas del paisaje rural, mientras un hombre que se ha convertido en una criatura del pantano lleva a cabo sus actos nefastos.
El sonido fangoso de Eyehategod es una evolución natural del lado más bluesero de Black Sabbath, encajándolo con bandas anteriores como Pentagram, Witchfinder General y St. Vitus. Pero, para mí, sus contemporáneos más cercanos probablemente serían Melvins, con quienes compartían un tono y un enfoque algo similares.
Su líder Mike Williams le da un toque crust punk en canciones como “Man is too Ignorant to Exist” y así se establece el sonido pilar de la banda. El estilo vocal de Williams no es el más comprensible, un cruce entre un chillido y un gruñido, pero funciona para establecer un sonido propio.
Para un primer álbum es sorprendente como Eyehategod aterrizaron de lleno en un sonido propio, y que en ese contexto se pueda identificar a la banda después de solo unos segundos de escucha. ‘In The Name Of Suffering’ es uno de los primeros ejemplos de sludge metal, incluso antes de que se acuñara ese término. Estilísticamente la música es doom metal ultra pesado con un ritmo sureño y voces agresivas.
El álbum está empapado en una atmósfera sombría de desesperación y depresión, es el tipo de lanzamiento diseñado para aplastar tu espíritu positivo y dejarte como un cínico deprimido. Eyehategod pinta la imagen de un mundo de pesadilla, cuyos títulos de canciones como “Depress” o “Left to Starve” dan testimonio.
El álbum presenta una producción que suena cruda, orgánica y sucia. Por momentos casi suena como si el álbum hubiera sido grabado en directo en el estudio. Baterías estridentes, guitarras/bajos distorsionados que a menudo hacen ruidos de retroalimentación y el vocalista principal Mike Williams gritando a todo pulmón al frente. Las canciones no siempre son fáciles de distinguir, y algunos ganchos más pegadizos hubiesen sido más efectivos. Tal como está, ‘In The Name Of Suffering’ es completamente intransigente con encanto y audacia, y para aquellos que disfrutan de su música pesada lo más cruda y sin pulir posible. Escucha obligatoria.