Formación
Thomas Youngblood – guitarras
Tommy Karevik – voces
Casey Grillo – batería
Oliver Palotai – teclados
Sean Tibbetts – bajo
Tracklist
1.Manus Dei
2.Sacrimony (Angel of Afterlife)
3.Ashes to Ashes
4.Torn
5.Song for Jolee
6.Veritas
7.My Confession
8.Silverthorn
9.Falling Like the Fahrenheit
10.Solitaire
11.Prodigal Son
12.Continuum
Web
Pias Spain / Steamhammer
Hace poco más de un año me encontraba en una situación similar a la que me encuentro ahora. En aquella ocasión era ICED EARTH, ahora es KAMELOT, musicalmente hablando poco o nada que ver, pero en cuanto a elementos comunes en su historia reciente muchos; ambas son consideradas ya clásicas, tienen muchos trabajos a sus espaldas, una base de fans consolidada y un sonido reconocible desde la primera nota de cada canción que componen. En cuanto a la situación, más idéntica no podía ser. Ambas debían elegir nuevo vocalista para reemplazar al que es considerado como “el de toda la vida” y como por arte de magia… las dos toman la misma decisión. Reclutar a un vocalista que es prácticamente un imitador del que toman el relevo. En el caso de ICED EARTH funcionó más que bien, retorno por todo lo grande al sonido clásico de la banda, qué pasaría con KAMELOT?
Por suerte para todos los fans del sonido más power de KAMELOT, se repite el hecho que se dio con ICED EARTH, retorno a las raíces de su música. Aunque habría que matices, por su puesto. KAMELOT ha conservado cierto aire en sus composiciones aun altamente enlazado a sus dos trabajos predecesores, “Ghost Opera” y “Poetry For The Poisoned”, que se nota incluso en la portada del disco. Los anteriormente mencionados son trabajos que cuentan a partes iguales con detractores y seguidores. Les abrieron nuevas puertas pero también les cerraron otras. En Silvethorn se nota sobre todo en que aun hay una cierta aura oscura en los temas, los teclados mantienen un protagonismo elevado y sobre todo el toque progresivo que tienen ciertas canciones. Pero por suerte, se ha vuelto a ceder el protagonismo a las guitarras de Thomas, algo que se echaba de menos, y si bien siguen sonando y teniendo muchos elementos sinfónicos, estos ya no son tan influyentes como en anteriores trabajos.
Así pues Silverthorn es un regreso al sonido que les dio el éxito pero aderezado en la justa medida con la evolución sufrida en su última época. Lo importante es que suena 100% KAMELOT, superando a “Ghost Opera” y “Poetry For The Poisoned” aunque también es verdad que no llega al nivel de sus obras cumbre “The Fourth Legacy”, “Karma”, “Epica” y “The Black Halo”. Parte del éxito ha sido la elección de su nuevo vocalista. Tommy Karevik es tan similar a Roy Khan, que algunos ni notarían la diferencia. Al igual que hice con el vocalista de ICED EARTH, defenderé su trabajo ya que no es fácil igualar a un tío como Khan, que es un maestro modulando su voz e imprimiendo sentimiento a las canciones, ya sea en estudio o en directo. Tommy es Khan en el 90% del disco y eso dice mucho a su favor, no lo hará olvidar porque es irremplazable pero tampoco lo echaremos tanto de menos (algo que no pasa por ejemplo en cierta banda finlandesa que hace poco ha tenido que prescindir de su vocalista). El 10% restante es el mismo, un personaje con una voz un punto más aguerrida que la Khan cuando se ve obligado a forzar notas. Yo incluso encuentro que hay temas en los que tiene que contenerse para no llegar a registros mucho más desgarrados y mantener la melodía de los temas.
Otra semejanza con su época más exitosa es la vuelta al álbum conceptual. La historia es sobre dos hermanos a los que un accidente concreto maldice para el resto de su vida y han de convivir con los remordimientos y la mentira. El enlace entre temas es más que admirable y una cosa de la que no se han ayudado y creo que ha sido un acierto, ha sido de interludios musicales que no suelen aportar gran cosa al resultado final del disco. En cuanto a los temas uno a uno, después de la intro de rigor llega el primer cañonazo Sacrimony (Angel Of Afterlife) la que más recuerda a su época más power, doble bombo a todo trapo y dónde Tommy más se asemeja a Khan, con un gran estribillo y con colaboración por parte de la cantante THE AGONIST, que hace tanto las voces femeninas como las black. Ashes To Ashes por el contrario es más de su última época, con una parte central donde los teclados son prevalentes sobre las guitarras y el tema es muy oscuro. Cierto es que este tema sí que tiene un regustillo a The Spell. Torn nos devuelve al clasicismo, un tema que por estructura podría encajar en “The Black Halo” con alternancia de partes lentas y rápidas, con un buen solo de Thomas en la parte central. Este es uno de esos temas en los que tengo la impresión de que si Tommy no se hubiera contenido le hubiera dado un toque especial que lo hubiera hecho más redondo.
KAMELOT no puede faltar a la cita de las baladas con Song For Jolee, no está mal pero como suele ocurrirles a la mayoría de bandas, si han hecho una balada buena anteriormente rara vez logran igualarla en momentos posteriores. Ésta tampoco iguala a Don’t You Cry. Un concepto central de la historia se hace canción con Veritas (Verdad), un tema buen tema quizás en el que Tommy es más Tommy que Khan. Un medio tiempo que cuenta con la aparición de nuevo de la voz femenina. En esto KAMELOT sí que son unos maestros, manejan a su antojo los medios tiempos y este tiene todos los elementos de los que lo hacen un buen tema, fuerza, melancolía y contundencia. My Confession sigue en esta línea medio tiempo, con una parte instrumental de ritmo machacón más importante que la lírica. A diferencia del anterior está menos adornado lo que lo hace más directo y vuelve a contar con otro buen solo de guitarra de Thomas. El tema que da título al disco tiene un comienzo prometedor que parece va a ponerlo a la altura de los primeros del disco, pero poco a poco pierde intensidad y su estribillo no llega a enganchar. Además posee unos coros infantiles a mitad de tema que parecen metidos con calzador, no aportan nada al resultado final y solo salva el tema otro solo de Thomas, pero es con diferencia el más prescindible del LP. Por suerte la calidad retorna con Falling Like the Fahrenheit, otro medio tiempo (tal vez demasiados en total???) este sí con un gran estribillo e interpretado de manera magistral por Tommy. Solitaire nos devuelve a los KAMELOT más cañeros, tema con muchos cambios de ritmo, con partes de balada pero rápido a más no poder en su parte central.
Por cierto en “Ghost Opera” ya habían titulado a una canción Solitaire, a la intro de rigor de ese trabajo. Dado que no tienen nada que ver una con otra deberían haberle buscado otro título a la canción. El último tema (realmente el disco se cierra sin mayor pena ni gloria con una outro) es The Prodigal Son, tema largo de casi nueve minutos de duración, que va desde el comienzo con balada acústica, rompe en un primer momento ya con guitarras y batería hacia un clásico medio tiempo Kamelotiano que constituye la parte central del mismo, donde hay grandes momentos de interpretación de Tommy, para llegar a los tres últimos finales donde poco a poco llega un ritmo rápido de canción power con doble bombo. Es interesante en su conjunto pero hubiera podido ser un tema épico de KAMELOT si las partes lentas se hubieran reducido un poco.
Gran trabajo de KAMELOT que seguro contentará a todos. Los que ya pensaban en dejarlos de lado por la falta de Khan, que no lo hagan Tommy es un gran sustituto. Los que pensaban que no volverían a ofrecernos grandes momentos de power sinfónico, que escuchen “Silverthorn”. Y los que les han sido fieles a pesar de todos los cambios musicales de los últimos tiempos, tienen un elemento más considerarlos una gran banda.