[crónica] Eluveitie + Lacuna Coil + Infected Rain en Barcelona – Razzmatazz 2, 27/11/2019

Texto: Íñigo Domínguez Díaz
? @eighty7visions

Cartel de lujo el que contenía esta gira que la promotora de Resurrection Fest ha logrado que pase por España. Dos bandas de primera línea como son Eluveitie y Lacuna Coil junto con una de las promesas para la próxima década como son Infected Rain, hacían la cita “imperdible” para un arco de público muy amplio, lo que ha hecho que en Madrid agotaran entradas desde hace tiempo y en Barcelona se hayan quedado muy muy cerca de hacerlo.

En mi caso tengo que confesar que me moría de ganas de volver a ver a Eluveitie ya que llevaba tiempo en el que nuestras agendas no cuadraban, lejana queda la gira del 2011 en la que presentaron Everything Remains As It Never Was, con una formación muy diferente a la actual en la que un cisma en 2016 hizo que varios de sus antiguos miembros, entre ellos la añorada Anna Murphy, formaran Cellar Darling.

Pero eso es tema para otro momento y lo que nos ocupa ahora fue la gran noche vivida en este último miércoles de noviembre. Si bien la ubicación en la agenda no invitaba al anteriormente comentado lleno, mucho menos lo hacía el horario, con apertura de puertas a las 18:00 y comienzo de Infected Rain media hora después. Estoy seguro de que más de uno tuvo que pedir la tarde libre para poder ver el concierto desde su comienzo lo que hizo que cuando los moldavos saltaran a escena la sala presentaba una media entrada escasa.

Y sí, del país más recóndito de Europa, nacido de una disputa territorial y política entre Rumanía y Rusia, provienen los chicos y chica de la mencionada banda. A pesar de este origen tan ignoto el grupo ha conseguido en poco tiempo y con tres discos a sus espaldas salir de gira con las mejores bandas y estar presente en los grandes festivales de Europa. Su propuesta es muy actual, son un grupo formado en esta década y en ella lo que lo está petando dentro del metal es el metalcore, estilo que ellos tocan en una deriva muy técnica y de cierta complejidad recordándome mucho más a Architecs que a Caliban o Parkway Drive por ejemplo.

Dieron un buen concierto a pesar de que el sonido no les acompañó del todo y en la media hora que estuvieron sobre el escenario dieron buena muestra de lo que son capaces, ejecutando a la perfección los temas destacando por encima de todos sus dos hachas que son sendas guitarras de siete cuerdas se destaparon como grandes virtuosos. Tanto el batería como el bajista acompañaron muy bien en la base rítmica y fue su cantante y cabeza visible de la banda, la que estuvo a un nivel ligeramente inferior ya que le faltaron pulmones cuando tenía que llegar a los registros más extremos. Esto no empaño su actuación ni la de su banda ya que ella maneja el escenario a su antojo y engancha rápido con el público lo que hizo que en el último tema fuera capaz de organizar un mosh pit, algo que a las primeras bandas teloneras no se les suele conceder con facilidad.

Y después del aperitivo el primer plato. Los italianos Lacuna Coil no tardaron en salir a escena para presentar el que es su más reciente trabajo Black Anima, editado hace aproximadamente dos meses. Los milaneses llevan ya tiempo en esto, siendo una referencia en lo que a adaptabilidad al medio se refiere. Y es que después de veinte años de carrera Lacuna Coil, son al gothic metal lo que In Flames al death melódico, amoldándose la banda en cada disco a las tendencias del momento en el que se edita. Así pues han pasado por el gothic con Comalies (os acordáis de su outfit pseudo religioso con sotana incluida) para pasar por el metal industrial con Karmacode (aquí cambiaron a la camisa de fuerza), continuaron con el pop y el rock comercial en Shallow Life (se despojaron del outfit) y en sus dos últimos discos han abrazado el metalcore que tan de moda está (vuelven al outfit, esta vez de con maquillaje y look ritual).

Unas veces han acertado más que otras, siendo esta última época una de las de cal en la que las intervenciones de Andrea Ferro se han potenciado y ha ampliado su registro, contraponiendo a una Cristina Scabbia cuyas actuaciones no merecen otro calificativo que el de soberbias. Juntos forman la mejor pareja de frontman/woman de la escena, la más compenetrada y la que se reparte la responsabilidad y el peso de la actuación al 50%, nunca les he visto fallar y desde el Wacken 2001 en que los conocí por primera vez, los he visto actuar unas cuantas veces. Esto hace que sus shows sean muy dinámicos, teatralizan e interpretan cada tema, siendo el resto de miembros de la banda un mero apoyo a sus actuaciones.

Con estas premisas, su descarga se basó en un 80% de sus temas en sus dos últimos discos el citado Black Anima que venían a presentar y el anterior Delirium, dejando espacio para los cuatro hits ineludibles de su ya prolífica carrera musical. No faltaron Our Truth, Heaven’s a Lie o la versión de Depeche Mode Enjoy The Silence, junto con temas de su nuevo trabajo como Layers Of Time y Reckless que sonaron potentes y contundentes. Hay que decir que han conseguido realizar un disco de alta factura, duro y directo, que trasladaron a de maravilla sobre el escenario. Por citar una pequeña pega, no me gustaron algunos coros y segundas voces de Cristina que metieron pregrabadas que hicieron que esos temas quedaran un poco deslucidos. Por lo demás un diez a su actuación y demostraron porque llevan veinte años sobre los escenarios.

Un breve tiempo de espera y con la sala ya totalmente a rebosar, en realidad lo estaba desde el concierto de Lacuna Coil, salieron a escena los suizos Eluveitie. En nuestro país ha calado fuerte el folk metal en todas sus formas, desde la más pura, en realidad solo folk de Faun a la más extrema que está representada por Eluveitie entre otros. Así que el efusivo recibimiento que tuvieron era de esperar, teniendo en cuenta además que la puesta en escena de la entrada con las tres féminas vestidas de blanco cuales sacerdotisas celtas, entonando la intro del tema Ategnatos, fue espectacular.

A partir de ahí arrancaba una actuación espectacular en la que los nueve músicos sonaron como uno solo. Sí, nueve músicos en escena, además de las necesarias guitarras, batería y bajo, se les unen el arpa, el violín, el hurdy gurdy y la flauta travesera, tocando Chrigel Glanzmann la mandolina y la flauta de pan cuando los temas lo requieren. Despliegue al alcance de pocos grupos y mucho menos que todo suene bien, todo orquestado y organizado por su cabeza pensante, el citado Chrigel, que ha convertido a Eluveitie en su proyecto personal, como suele suceder con tantas otras bandas en las que el fuerte ego y la personalidad de su fundador se imponen por encima de todo. Esto ha sido a la vez fuente del éxito del grupo que se ha ganado un lugar de privilegio en la escena musical. Continuaron tras su triunfal entrada con King y L’Appel des Montagnes en recuerdo a Origins su anterior trabajo si no contamos los acústicos, siendo la última la primera canción para lucimiento de Fabienne Erni o lo que es lo mismo la sustituta de la insustituible Anna Murphy. Comparaciones odiosas y necesarias a la vez.

No le falta profundidad vocal, agudo muy largo pero vocaliza un poco, en algunos temas costaba entenderla. También se ha perdido la dulzura de la voz de Anna, que personalmente creo que encaja mejor con el folk. A partir de este momento fueron intercalando temas antiguos con temas de su nuevo disco, un esperado Quoth The Raven quedo en un sándwich entre Deathwalker dónde el hurdy durdy conduce la canción y The Slumber un tema muy melódico. Worship, tema en el que colabora Randy Blythe es uno de los potentes de toda su carrera contrastó con Artio de su último trabajo acústico, en el que Fabienne se lució cantando a capella del que también tocaron Epona, en versión plugged y no acústica como figura en Evocation II – Pantheon. Y continuando en su particular homenaje a la deidad celta, uno de las canciones que no pueden faltar A Rose for Epona y después, con Ambiramus volvieron a Ategnatos y se cerró la tetralogía particular del protagonismo de la cantante femenina de la banda.

A continuación un innecesario solo de batería que por fortuna fue corto y que junto con un breve extracto del I’m Broken de Pantera sirvió para situarnos en Thousandfold y volver a la línea más cañera de banda para después presentar Breathe, otro tema con mucho protagonismo de voces femeninas para despedirse por primera vez de nuevo dando caña con Helvetios que da título al disco homónimo. No tardaron en regresar, ofreciéndonos dos temas más Rebirth de su más reciente trabajo y para acabar de redondear una actuación pletórica el inefable Inis Mona, single con el cual hace ya unos años saltaron a la fama y que permite terminar la actuación en el punto más álgido.

Poco más que comentar, una actuación magnífica en la que se constató que muchas canciones de Ategnatos van a figurar en sus futuros setlist, dada la potencia y calidad de los temas que sin duda superan a la mayoría de los que hay en Origins y Helvetios. Por cierto nulo recuerdo a su primer trabajo Spirit, me faltaron clásicos como Your Gaulish War y Tegernakô y mucho protagonismo de los temas con voz femenina que aunque no se corresponde con el peso que tienen en los discos de estudio, deja un sabor de boca de más variedad y mayor diversidad del espectáculo.

Setlist Eluveitie

Ategnatos
King
De Ruef vo de Bärge
Deathwalker
Quoth the Raven
The Slumber
Worship
Artio
Epona
A Rose for Epona
Ambiramus
Thousandfold
Breathe
Helvetios
Rebirth
Inis Mona