Texto: Víctor Ciria
? Anabasis Media
El espectro musical por el que se ha movido Frank Carter ha sido tan variado, que uno ya no sabe cómo va a sonar su siguiente álbum. No solo desde que salió de la banda Gallows en 2011, sino únicamente prestando atención a sus excelentes publicaciones con los Rattlesnakes.
Partiendo de su agresivo (pero más cercano al rock alternativo) Blossom (2015), pasando por el “ más suavizado” Modern Ruin (2017), que marcó la transición hasta su más reciente End of Suffering (2019). No obstante, parece que en este estilo más alternativo es donde se siente más a gusto creativamente junto con su escudero Dean Richardson (guitarra y coros). Sin embargo, tal y como pudimos presenciar ayer los que nos acercamos a ver su actuación a la sala Mon Live de Madrid, no ha perdido ni un ápice de agresividad en directo, ya que sigue teniendo la actitud punk que vimos en los años que pasó en la banda Gallows.
La banda encargada de apoyarles en esta gira ha sido Kid Kapichi. Los también ingleses tienen un sonido más cercano al rock alternativo que practican los Rattlesnakes actualmente, sumando algunos pasajes más psicodélicos. Fue una grata sorpresa para los asistentes ya que dieron un gran show, con una asistencia bastante alta.
A pesar del cambio de sonido de Carter, sigue conservando a su público fan del hardcore punk que practicaba con Gallows, sumado a los fans de otras escenas que se han unido más tarde por su aparición en la banda sonora de la serie Peaky Blinders o por sus giras con bandas grandes como Biffy Clyro o Foo Fighters. Esta era la mezcla de público que se encontró en la sala Mon para ver uno de sus últimos conciertos de la gira “End of Suffering Tour”.
La banda comenzó la noche interpretando Why a butterfly can’t love a spider, el tema que abre su disco más reciente. Como pudimos observar, el setlist estuvo basado sobre todo en este álbum, lleno de estribillos que la sala no paró de corear. Un hecho muy sorprendente para la banda como se podía percibir en el propio Carter, que no cabía en su asombro, dejando cantar gran parte de los temas al público.
Fue un show de lo más enérgico, con Carter animando a los asistentes a hacer mosh, crowdsurfing y toda clase de bailes, siempre vigilados por él mismo, que estaba realmente preocupado por la seguridad de todos. Incluso durante la interpretación de Wild Flowers abrió entre el público una safe zone para que todas las mujeres que quisieran bailar con sus temas lo hicieran con total seguridad.
Sorprende el hecho de que algunos asistentes (a cualquier tipo de concierto) no respeten las intervenciones de los músicos. En este caso, Carter quiso hacer públicos sus problemas de depresión animando a todas aquellas personas que los sufran a hablar de ellos y normalizarlos, al tiempo que algunos mandaban callar al músico durante su discurso. Actitudes totalmente deleznables, ya no solo desde el respeto sino también desde el uso de la música como herramienta para expresar opiniones y sentimientos.
Hubo espacio en el setlist para temas más agresivos de su primer CD como Trouble o Juggernaut, también para baladas como Angel Wings, durante la cual Carter subió al piso de arriba y saltó desde una altura de unos cinco metros. La última tanda de temas fue especialmente celebrada, como Lullaby, dedicada a su hija de 4 años, o I Hate You, canción cantada por la sala de la primera a la última sílaba. Sin duda un momento muy especial.
Setlist:
1. Why a Butterfly Can’t Love a Spider
2. Tyrant Lizard King
3. Kitty Sucker
4. Trouble
5. Wild Flowers
6. Anxiety
7. Acid Veins
8. Love Games
9. Angel Wings
10. Juggernaut
11. Latex Dreams
12. Lullaby
13. Supervillain
14. Heartbreaker
15. Devil Inside Me
16. Crowbar
17. I Hate You